La chitá, el antiguo rompeolas del Puerto de Valencia, su nombre «chitá, chitarse, acostarte», viene de que era una isla artificial y aquellos pescadores que se quedaban de noche, no podían salir hasta el día siguiente ya que el transporte a esa zona, las Golondrinas solo realizaban viajes diurnos.
Fue el mayor paraíso para la pesca deportiva que ha existido en todo el litoral mediterráneo español.
En la parte interior había hasta 13 clochineros adonde muchas especies, doradas, mabras, vidriadas, sargos, acudían a comer de lo que soltaban las cuerdas del vivero.
La parte exterior era de bloques artificiales adonde se criaba todo tipo de alimento para todas las especies, cangrejos, gambas, bivalvos etc.
Esos bloques conformaban cuevas adonde los peces podían refugiarse cuando llegaban los grandes depredadores.
Los pescadores que hemos tenido la gran fortuna de disfrutarla hemos conocido especies como los dentones, las chopas, los pageles, los meros, las corvinas, que hoy en día solo están al alcance de los pescadores de barca en aguas mucho más profundas.
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